• La articulación interinstitucional ha sido uno de los grandes logros de este proceso de sensibilización ambiental, movilizando múltiples esfuerzos en pro del cuidado y preservación de los recursos naturales.
• La implementación de cartillas como material pedagógico, es uno de los grandes pilares de la Cátedra Ambiental, pues brinda herramientas para el ejercicio autónomo en las instituciones educativas y la sostenibilidad del proyecto.
• La Cátedra de Educación para la Cultura Ambiental en el municipio de
Rionegro, a lo largo de más de un año de ejecución ha tenido buena acogida por parte de la comunidad educativa dado que, son los niños, niñas, jóvenes y adolescentes, quienes se apropian de estos espacios.

Gracias al trabajo articulado entre la Alcaldía de Rionegro, CORNARE y la Corporación Prodepaz, desde el año 2021 se viene implementando un conjunto de estrategias para el cuidado y preservación de la casa común, por medio de la Cátedra para la Educación Ambiental, proyecto en el que participan 37 sedes educativas oficiales del municipio de Rionegro.

Es así como, después de 15 meses de desarrollo de la Cátedra Ambiental, con el trabajo mancomunado de estas tres Instituciones y con la suma de diversas entidades públicas y privadas, hoy se puede hablar del éxito y acogida que ha tenido esta propuesta en la comunidad educativa.

Son muchos los aprendizajes y experiencias significativas que deja este proyecto para la cultura ambiental:

En primer lugar, se destaca, la disposición de los docentes y rectores de las instituciones educativas para abrir sus puertas a la retroalimentación de temas que involucran el cuidado y la preservación de los recursos naturales.

En segunda instancia, la apropiación de los estudiantes quienes han participado de manera activa en distintos escenarios como los encuentros locales, departamentales, nacionales e internacionales de semilleros de investigación, presentando alrededor de 162 proyectos. Así mismo, han aprovechado estos espacios para generar nuevas propuestas desde la investigación que contribuyen a pequeños cambios, traducidos en grandes aportes para la conservación de la Casa Común.

Por último, la implementación de cartillas, compuestas por 13 módulos, como material pedagógico, fue un gran acierto; en total, 71.500 cartillas fueron distribuidas con eficiencia en las instituciones educativas que forman parte del proyecto.

El éxito de esta estrategia radica en la pertinencia del contenido, puesto que, promueve la reflexión temprana en los más pequeños y adolescentes en temas medioambientales; además, las cartillas responden al propósito de dejar capacidad instalada en las instituciones, lo cual permite la sostenibilidad del proyecto y un mayor impacto a mediano plazo, extendiendo la cobertura de los beneficiados.